He mezclado los latidos de mi corazón, 
con el sonido de la lluvia.

En un abandono total de mi incoherente 
razón; entrelazando las sensaciones del
dolor y de la soledad que me envuelve.

En mi mente llena de los recuerdos de las
imágenes vívidas de mis otrora tormentos...

Los sentidos de mi vista y oído;
han formado mi propia sinfonía, la cual sin 
llegar a una total oscuridad, tiñeron de gris 
mi vida vacía...

Vida que no obstante, que por un rayo 
de sol, por leves momentos se esclarece, 
envolviéndola en esa tonalidad grisácea 
y lo oscuro se desvanece...
Pero luego, al desvanecerse ese rayo de
luz; la oscuridad se vuelve más negra y
me envuelve, no dejándome ver y mi 
andar se entorpece.
Me encontré de pronto en la disyuntiva 
de querer enfrentar el presente, y dejar 
atrás el pasado, como si "algo" me dijera
¿Te vas o te quedas? 

Como si estuviera
en una alternativa de que; hay dos cosas
diferentes y que debo optar por tomar 
solo una.

O soy libre... O sigo siendo prisionera.
O busco la luz o me pierdo en esa 
oscuridad que me envuelve.

Si bien, esos recuerdos ya no me 
enloquecen en total agonía, pero que 
aún se convierten en metáforas, y se
envuelven en esta sinfonía, la cual
ha sido orquestada por mi mente
haciéndome caer en una laxitud pasiva. 


Si mi corazón lleva la misma tonada,
y todavía bailo el mismo son...
¿Por cuál camino me voy?
Del barco donde aún navega mi alma, aún no 
tengo el control...


Este me lleva por el mar de la desolación...
No hay rumbo fijo a donde llegar...
Mi corazón triste aún siente dolor... 
Sonrío para todos, pero mi interior gime...
Aunque me he acostumbrado a ella, la 
soledad aún me aflige...
¿Por qué me es tan difícil empezar de nuevo?
¿Por qué anhelo perderme entre la vegetación
de los cerros, yendo por caminos, por donde
nadie me encuentre?
Siempre austera, fría, e impasible.
¿Qué tanto puedo esperar del destino?

Me he cansado de esperar y esperar... 
Estoy vagando por los desiertos 
e inhóspitos caminos, lamiendo 
mis heridas que no quieren sanar...
Soñando con despegar el vuelo y empezar
de nuevo a volar...
Pero pareciera que ese mal hombre, aún
 me aflige, con su amenaza de matarme.

Impidiéndome levantarme del suelo, mucho 
menos dejarme soñar con un mañana, 
por eso vivo solo cada día a la vez...
Sin atreverme a nada más.
La disyuntiva y las alternativas tendrán que 
esperar.

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Escrita por Ely Rmz