UN ERMITAÑO, ANTISOCIAL Y HURAÑO

ÉL decidió exiliarse voluntariamente... Dar un giro completo a la monotonía en la que estaba envuelto... Familia...




ÉL decidió exiliarse voluntariamente...

Dar un giro completo a la monotonía en la
que estaba envuelto... Familia, escuela y trabajo.


Tomó la determinación... de alejarse del bullicio 
de la gran ciudad...
Escogió un hermoso lugar.

Lejos de cualquier ciudad... Solo las montañas y su soledad...
Solo las montañas, y una muy escondida cabaña,
para guardarse del frío de la noche.


Ahí encontró una tranquilidad absoluta...

La verdad no podía quejarse de muchas
cosas...


 Simplemente...

Él era así... Huraño... Antisocial... Un ermitaño...

Este era el momento preciso para tratar 
de entender el porqué de su forma de ser... 
Y no regresaría sin obtener la respuesta.
Pensó que quizá se debió a que le hizo falta convivir 
convivir, con una figura paterna tan necesaria,
para un chico especial como él... 
Recordar que... Un día lloró  cuando era niño...

Por no tener un padre a quien contar de los 
cambios de su adolescencia...
Y tuvo que soportar el dolor que sentía...
Cuando oía a los otros niños contar de las 
experiencias divertidas, con su padre en los 
camping o compitiendo hijo y padre contra 
adversarios familiares en juegos divertidos... 
No... Él no tuvo padre... Y eso le llevó a 
pensar diferente... A ser demasiado maduro
y austero en su forma de ser...
Y también le llevó a apartarse de otros chicos 
de su misma edad,
Sin al menos poder relacionarse con los amigos  
que nunca aceptó tener. 
Y vivió sin esa juvenil plenitud, haciendo las 
locuras típicas de varones.



Siempre rechazó, cortésmente, la compañía de 
sus compañeros de clases, porque le parecían 
muy revoltosos... 

Juguetones, y traviesos...
Tampoco iba a el camping de verano...

Ni entró a ningún equipo de la preparatoria,
o de la universidad...
Si le gustaban los deportes; pero los practicaba
solo, sin compañeros ni espectadores...

Tenía un entrenamiento férreo, una dura 
disciplina, para mantenerse en buena forma.

Procurando no llevar una vida sedentaria...

Sabía que no era muy sociable... 

Que hablaba poco... Solo lo indispensable... 

Y que;  solo que fueran cosas del trabajo o 
de la escuela, no le interesaba tener pláticas 
con nadie.
Por si fuera poco, era desafortunado en el 
amor...

Pero ahí, en ese lugar, lejos de todo y todos...
festejó su despedida de soltero porque...

Estaba abriendo su corazón para dejar
entrar el amor de esa mujer.
Que lo hiciera sentir felizmente acompañado.
Nunca antes se había enamorado y quería
conocer el amor verdadero.

¿Dónde encontraría esa mujer con la que,
planeaba tener una familia?

Todavía no la conocía y ya la extrañaba... 
Necesitaba su compañía, alguien con quien 
compartir sus ideas y abandonar para siempre
esa soledad que tanto le pesaba.

Fernán, era callado en exceso,
no expresaba nunca... Ni sentimientos...

Mucho menos sus pensamientos...

Pero a pesar de su carácter introvertido,
no era tímido

Era seguro de sí mismo, decidido, de convicciones
firmes...

Y bastante inteligente.
El tiempo pasó rápido entre el trabajo y la 
universidad; casi al término de su carrera, se 
mudó a un apartamento más cómodo y elegante...
Pero no se sentía satisfecho... Había llegado 
el tiempo que esperaba para darse un respiro 
de esa agobiante vida cotidiana.
Viajar por un tiempo indefinido...

Y ahí estaba ahora, en ese paraíso terrenal
recapitulando su vida y haciendo el proyecto,
para dar ese giro total en su existencia

Le vino a la memoria cuando su madre contrajo
nupcias con Alberto De Marlow.

Estaba por terminar la preparatoria; vio entonces
la oportunidad de independizarse y sin dudarlo 
decidió irse a vivir en un edificio  estudiantil, 
pese a la oposición de Isabela, su madre, que 
estaba renuente a dejarlo partir...

La cara triste de ella...
Todavía recordaba cada una de las palabras 
dichas en ese entonces...
Dijiste que me podía casar con Alberto...
Le recriminó ella... 
No pensé que te irías de casa...
Él procuró dar un tono apacible en su voz...
Y un suave tono conciliatorio... 
Que por el momento pareció relajar el semblante 
de su cara... 
Aunque ella no pudo evitar expresar ese rictus de 
dudosa aceptación... 
Sin embargo, encogió los hombros e hizo un gesto 
de resignación... Quizá le era difícil dejar a su hijo,
que iniciara su propia vida...

Su madre sabía que no había más que 
pudiera decir u hacer que lo  hiciera
 cambiar de opinión...
Ella lo conocía perfectamente, 
no importarían ni sus quejas, 
ni sus negativas...
Porque cuando él tomaba una 
decisión, era porque ya lo había 
pensado perfectamente. 
Él nuevamente habló, pausadamente, 
tratando de que quedara del todo 
convencida.
Madre esto que hago nos beneficia 
a los dos... 
Tú puedes rehacer tu vida al lado 
de Alberto; es un buen hombre y 
creo que mereces ser feliz y yo... 
Carraspeó un poco antes de decir 
sus últimas palabras; con esa seguridad 
característica en él.
Y... Bueno, este es el preciso momento 
para seguir mi propio camino...

Así empezó su independencia... 
Y ahora estaba ahí;
tomando decisiones importantes... 

Tratando de volver el recuerdo de como 
pasaron los primeros años de su vida...
Viendo a su madre esforzarse para que 
no le faltase nada.

No supo cómo ni cuando empezó a sentir 
esa inquietud que se siente al estar rodeado 
de gente y hablar lo que ellos esperan escuchar, 
pero teniendo en su mente un pensamiento 
muy diferente... 
Un autómata, un robot diseñado para ejecutar 
una vida social de acuerdo a las reglas...


E hizo de aquel paradisíaco lugar, una madriguera,
una madriguera, un escondrijo donde solo él cupiera,
donde se volvió un testigo callado y admirador,

de esa belleza natural



Ahí no había reglas, no se veía forzado  
a socializar... 
Ni estaba sujeto a un reloj...
Cuyas manecillas le indicaban un horario:

Con horas de entrada y salida.
Ese contacto con la naturaleza, lo hizo salir 
de su rol cotidiano, de su esfera protectora, 
en contra de todo y todos.Y...
Lo primero que tuvo que aceptar fue que lo 
cotidiano... 
Es definitivamente un mal necesario.

Y que las reglas sociales y cívicas son los
pilares, de un fundamento en la construcción 
de la identidad individual y fortalecen la 
relación y la convivencia de unos con otros.

Y sí, le era molesto soportar, los ideales
de otras personas que chocaban con su 
forma de ser de pensar...

Pero ya no lucharía por tratar de 
entender la gente que le rodeaba.
Era lógico que si casi no hablaba, 
le era forzoso tener que decir lo que 
ellos querían escuchar...
Primera cosa: Entablaría un diálogo 
para decir también su punto de vista; 
para llegar a un punto medio, y sabía 
que al expresarlo, podía despertar una 
polémica...

Pero pasado el primer momento 
estaba seguro de que ese punto de 
vista sería ampliamente analizado...

Este viaje lo llevó a encontrarse a sí 
mismo y le hizo aceptarse tal y cuál
era él.
A no sentir ira porque los demás 
pensaran o fueran diferentes 

Segunda cosa: 
Debía, pues, llenarse de tolerancia, 
no solo hacia sí mismo sino también 
para con los demás.
Porque el principal motivo de este 
viaje no era para estar solo... 
De hecho; había estado solo casi 
toda su vida...
 Fue para esclarecer dudas y buscar 
respuestas.
Quería encajar en el medio que le 
rodeaba; no quería cambiar su forma 
de ser; era para intercalarlo y adaptarse 
con sencillez.

Sonrió al pensar que él; 
nunca sería igual  nadie que 
definitivamente no le molestaba
ser un ermitaño, o antisocial;
ahora entendía que...
No tenía que andar de fiesta en 
fiesta, para ser tolerante... 
Y si eso lo hacía ver como un 
ser antisocial y ermitaño... 

De aquí en adelante no sentiría
incomodidad...
¡Ni tendría que justificarlo!


Aun así, él sabía que encontraría 
al menos un amigo en el trayecto 
de su vida... 
Y que encontraría a la mujer 
adecuada para esa familia que 
quería formar.

Y regresó a la cotidianidad renovado;
aún sujeto a las mismas normas y reglas... 
Pero ahora analizadas y vistas desde 
un punto de vista diferente.


Y siguió siendo un antisocial; 
un ermitaño...
Porque Fernán nunca sería igual 
a nadie; 
porque estaba lleno de originalidad 
y porque no le molestaba ser un 
ermitaño antisocial.
Y así como Fernán hay mucha 
gente ermitaña, 
antisocial... 
Huraña...
Prefiriendo retirarse a tiempo para 
no recibir las atenciones y muestras 
de cariño y prefiriendo disfrutar su 
soledad. 

DEDICADA: PARA BRAYAN

Copyright 

Derechos reservados.
Escrita por: Ely.Rmz.


















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